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Un equipo de investigadores muestra que las sondas que pasarán próximamente junto a Europa y Encélado podrían capturar y analizar el hielo expulsado al espacio por estas lunas para determinar si sus océanos interiores contienen alguna forma de vida

Antonio Martínez Ron
El Diario - 22 de marzo de 2024

Capturar un solo grano de hielo expulsado al espacio por una de las lunas de Júpiter o Saturno podría bastar para determinar si existe vida en estos satélites, una posibilidad con la que se ha especulado desde hace décadas, al tener océanos interiores. Esta es la principal conclusión de un trabajo publicado este viernes por el equipo de Fabian Klenner, de la Universidad de Washington, en la revista Science Advances, en el que propone un sistema sencillo para determinar si las lunas heladas del Sistema Solar que emiten chorros de hielo y gas al espacio procedentes de sus océanos subterráneos, como Encélado y Europa, contienen alguna forma de vida.

Los autores del trabajo han probado que el analizador de polvo superficial (SUDA, por sus siglas en inglés) a bordo de la misión Europa Clipper de la NASA, que se lanzará el próximo mes de octubre con destino a la luna Europa, puede detectar material celular en uno entre cientos de miles de granos de hielo. Tras realizar una reconfiguración experimental del instrumento, enviaron un fino haz de agua líquida al vacío, donde se desintegró en gotas, y utilizaron un láser para excitar las gotas y practicar un análisis espectral de masas como el que podrían realizar los instrumentos de la sonda espacial.

El instrumento SUDA está pensado originalmente para identificar la química del material expulsado desde el satélite y su área de origen y ofrecer “pistas sobre la salinidad del océano de Europa”, pero estos resultados muestran que también podría detectar una bacteria, o partes de ella, en un solo grano de hielo. Es decir, que podrían intentar detectar vida en estos cuerpos celestes sin necesidad de llegar a su superficie, algo que es mucho más complejo y costoso. “Las señales espectrales de masas características de las bacterias serán claramente identificables en futuras misiones, incluso si un grano de hielo contiene mucho menos que una célula. Nuestros resultados demuestran la ventaja de los análisis de granos de hielo individuales en comparación con una muestra masiva diluida en una columna heterogénea”, escriben los autores.

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